sábado, 11 de noviembre de 2017

Pizarras comunitarias

Hasta ahora en mi aula he modificado el espacio para generar espacios grupales. Nunca mediante las propuestas de David T., de hecho es en este curso cuando las he conocido. A partir del año pasado, el trabajo en grupo se ha incrementado en mis clases ya que utilizo bastante el pensamiento visual compartido y generado en grupo. Y esta será la actividad que voy a proponer. Los alumnos realizarán un vídeo a partir de pensamiento visual explicando las fases de la Revolución Francesa. La disposición del aula es la siguiente:


Espacios donde se genera en grupo pensamiento visual y espacio donde realizar bocetos y organizar la información. Yo no tengo un espacio fijo y me muevo constantemente entre las pizarras. 

Metodologías activas

Las metodologías activas y su poder transformador del aula:



Estas metodologías tienen un gran potencial transformador en el aula. En primer lugar rompen la disposición en filas para generar espacios en los cuales los alumnos se pueden sentar en círculos e interrelacionarse. Respecto al aprendizaje comunitario, se puede invitar a personas de la comunidad a participar en la clase e intentar crear un espacio más acogedor. Si una persona mayor nos viene a contar un testimonio histórico podemos colocar en el aula un sillón más cómodo y poner a los alumnos sentados en el suelo (encima de una alfombra o esterillas) en círculo frente a nuestro invitado. En general, cualquier metodología que provoque la necesidad de trabajar en grupo genera una transformación del aula. 
Esta transformación espacial permite al alumno un aprendizaje más experimental, más activo y participativo. Es cierto que muchas veces los alumnos demasiado acostumbrados a la clase magistral pueden ver estas dinámicas como menos exigentes, pero en cuanto se implican y descubren que están aprendiendo la motivación por el aprendizaje aumenta. La barrera suele ser la falta de medios y la falta de disciplina que impiden un buen trabajo de grupo, con medios y una buena implicación de todos los alumnos, estás dinámicas son mucho más enriquecedoras. 

Reto: Diagnóstico participativo


Antes de comenzar el diagnóstico voy a intentar responder a las cuestiones:

¿Cuál es la finalidad de la transformación?
La finalidad será crear un espacio más acogedor y con mejores condiciones de trabajo para los alumnos y los profesores. Tener en cuenta un aspecto muy descuidado en la educación, por lo general. Poner en evidencia el enquistamiento de una metodología que no tiene en cuenta la gestión del espacio y que se basa en una clase magistral donde los alumnos sentados en fila no tienen más estímulos que los que aporta el profesor a través de su discurso o a través de la pizarra (digital/no digital).

¿Qué perspectivas vas a recoger?
Voy a preguntar en un primer momento a los alumnos, después a mis compañeros y en último lugar a la dirección del centro en aquellos aspectos que puedan ser modificables.

El instrumento elegido ha sido la pregunta directa.

A mis alumnos: ¿Os gusta la clase?, ¿qué cosas cambiaríais en ella?
A mis alumnos, en general, les gusta que la clase esté llena de imágenes de arte, les entretiene. Aunque la mayoría considera que las imágenes son muy neutras y apenas aportan estímulos. Las propuestas fueron un poco extrañas, como pintar la clase de rojo. Para algunos la cantidad de imágenes era excesiva. Todos coincidimos con que las condiciones de luz y de sonido no son nada buenas en el aula.

A mis compañeros: les cuestiono la posibilidad de modificar mi aula para hacerla más acogedora. Cuando comento que realizo un curso sobre gestión del espacio educativo, un compañero comenta que ese curso lo deberían hacer los equipos directivos y no yo, que no lo soy. Su respuesta me desilusiona. Otros compañeros están de acuerdo con que las condiciones de luz y sonido no son las adecuadas. Sobre el exceso de imágenes en mi aula algunos están de acuerdo pero piensan que su finalidad era la creación de un museo de imágenes de arte para los alumnos. Las imágenes fueron enmarcadas en cristal y atornilladas en la pared, por lo que va a ser muy difícil poder modificar las condiciones del aula.

Al conserje: le comento las posibilidades de cambiar las condiciones de sonido poniendo paneles colgados en la pared, forrados con hueveras. No le gusta la idea y considera muy difícil colgar esos paneles (el techo es muy alto). Le comento la posibilidad de aumentar la luz abriendo una ventana del lateral y me dice que esa ventana apenas aporta luz y que no vale la pena. Ante esto, desisto de pedirle más modificaciones. Me comenta que se ha pensado bajar la techumbre para mejorar las condiciones de sonido pero ahora no hay dinero.

Mis conclusiones son que:
Quien quiso convertir la clase en un museo de arte lleno de imágenes neutras de la edad antigua y moderna no tuvo en cuenta aquellas imágenes que más estimulaban a los alumnos. La cantidad de imágenes es excesiva y parece un horror vacui. Quién lo hizo permanente (atornillando las imágenes a la pared) no tuvo en cuenta que vendrían otros profesores con otros criterios pedagógicos. La visión de la historia que muestra el museo es imperialista y centrada en el hombre. Las dos únicas mujeres que aparecen en el museo no son protagonistas de algún proceso histórico sino que muestran su cuerpo desnudo como modelos para pintores hombres.

Es muy difícil realizar cambios en las condiciones de luz y sonido cuando el que construye el edificio no las tiene en cuenta y luego existe poca voluntad para modificarlas. La pizarra digital se puso de manera que los alumnos se encuentran de espaldas a la luz.

Podría realizar algún cambio como: reducir las imágenes que no están atornilladas (son pocas), poner plantas en la clase para que sea un poco más alegre, cambiar la disposición de los pupitres cuando no utilice la pizarra digital (mejorando la luz y la acústica). Crear un espacio de biblioteca al fondo del aula también sería una opción posible.




miércoles, 1 de noviembre de 2017

Operación aula


El aula donde imparto mis clases está estructurada como un aula clásica en educación. Por un lado está la mesa del profesor (en este caso dos mesas grandes) y confrontados a este espacio, las mesas y las sillas de los alumnos colocadas en filas de dos mesas. En total, el aula tiene tres filas de dos mesas que se separan por dos pasillos. Las mesas y sillas de los extremos están pegadas a la pared. 
La pizarra digital y el cañón se sitúan en el espacio de control del profesor, así como una pizarra móvil del tipo vileda. La puerta se sitúa en un lateral del espacio destinado al profesor y al fondo se sitúan las ventanas. La iluminación no es buena, ya que la clase es muy alargada, por lo que la parte más iluminada es la del lado este y la menos iluminada, la situada al oeste. Desde las ventanas vemos un patio de colegio desde el cual se oyen los niños jugando en la hora del recreo, que no coincide con el nuestro. En la localidad hay una empresa que trabaja con cloro, por lo que la mayoría de los días el olor a cloro es excesivo, los alumnos están acostumbrados pero yo prefiero tener las ventanas cerradas. Las paredes del aula están hiperdecoradas con recortes de revistas, posters e imágenes de cuadros. La información es tan excesiva que lo único que llama la atención de los alumnos son los cuadros (en un tamaño mayor que el resto de imágenes) de la Maja desnuda de Goya y La Venus de Velazquez, situados justo encima del espacio del profesor. En si, podemos decir que el aula es un poco oscura y principalmente la zona del profesor. 
La acústica no es buena porque el techo está escalonado y el sonido no es limpio. 


Respecto a los elementos facilitadores del aprendizaje, creo que uno de los elementos más útiles, pese a que no tiene una movilidad fácil, es la pizarra móvil. 
Respecto a los elementos que dificultan, creo que la estructuración del espacio en general: el exceso de información en las paredes, la poca iluminación, la disposición de las mesas y sillas (que se podría cambiar puesto que son móviles), la acústica y el olor a cloro. 


Tarea de reflexión (Gestión de espacios educativos)


·         ¿Cuándo aprendes?
Cuando trabajo, en casa cuando preparo las clases, cuando leo, cuando salgo al campo, cuando visito un museo, cuando veo la TV, en Internet (cada vez, en mayor medida, consulto en Internet). No tengo horario fijo..

·         ¿Dónde aprendes?
En los sitios que he nombrado anteriormente y en la calle, comunicándome con los demás.

·         ¿Con quién aprendes?
Principalmente con mis alumnos, con personas mayores, con mis compañeros, con todo el mundo en general. A nivel más personal, con mis hijos, con mi marido, con mi familia, con mis amigos…


·         ¿Cómo aprendes?
Escuchando, leyendo, viendo, dibujando, memorizando, reflexionando, creando nuevos materiales o contenidos, corrigiendo ejercicios o tareas, exponiendo un contenido en clase…


¿Para qué aprendes?
Me enseñaron a aprender en el colegio, luego en el instituto y después en la universidad. Allí aprendí cosas que me interesaban y cosas que no. En cuanto pude decidir lo que quería aprender, creo que mis inquietudes son las siguientes:
Para cumplir con mis padres y con la sociedad durante mucho tiempo.
Para trabajar
Por inquietud
Para conocer mi entorno y la historia de mi comunidad.
Para entender el mundo en el que vivo
Para saciar mi curiosidad

·         ¿Crees que tus respuestas son parecidas a las que tradicionalmente ofrece la escuela cuando diseña situaciones de aprendizaje para sus estudiantes?
En una parte sí y en otra no. Todo lo relacionado con el espacio exterior, la escuela ofrece menos posibilidades. La propia dinámica de gestión de los centros impide saltar, en gran medida, la barrera espacial del aula: organización de horarios, tiempo dedicado a cada materia, poca gestión interdisciplinar de las materias, el coste en la realización de actividades extraescolares o la falta de iniciativa por parte del profesorado.